Dicen que para aquellos que están enamorados el tiempo es una gran amenaza, ya que este tiende a ir más deprisa cuando lo que querríamos es que se detuviera.
¿Y cómo no desearlo? ¿Cómo no desear que se pare el tiempo cuando sonríe, cuando me besa, cuando se cruzan nuestras miradas y nuestros corazones deciden latir a un mismo ritmo?
Nacemos y morimos, almacenamos recuerdos e instantes que desearíamos que nunca terminaran, pero el tiempo corre para aquellos que viven, sienten y aman.
Tenemos la capacidad de mantener vivos los instantes transformándolos en recuerdos, y hay quienes nos facilitan con su trabajo la inmortalidad de esos momentos, haciendo que nunca caiga en el olvido la promesa de un para siempre contigo.
–Leire Rubio