Si bien es cierto, que este año el tiempo no acompañó.
Pero la lluvia no puedo con el sentimiento que se genera el 8 de septiembre de cada año, alimentado por todas las personas que forman parte de este gran alarde; y no hablo solo de las cantineras.
Las calles se visten de blanco, el aire se llena de grandes aplausos y las aceras desprenden lágrimas… todo por un sentimiento que es tan fuerte que hace que nada más importe.
Este año he querido documentar ese sentimiento, he querido enseñarle al mundo de que se trata esta fiesta; qué es, cómo es…
Conseguido o no, se que estas fotografías retratan este 8 de septiembre de 2016, un día en el que la lluvia no pudo con el que se que para muchos, es el día por el que más sienten y más esperan.