Cada vez que trabajamos con una pareja, se abren a nosotros contándonos su historia, una historia que queremos conocer en profundidad para plasmarla en su reportaje de boda. Un reportaje que verán tras unos años y que les transportará no solo al día de la boda, sino al día que juntos vivieron mágicos momentos.
Cierto es que me encanta conocer todas las historias de mis parejas, no solo saber cómo son y lo que han vivido juntos… Sino la historia de amor en sí.
Cuando me cuentan una, escucho atentamente y lo vivo junto a ellos.
No hay una mejor que otra, aunque en estos momentos estés pensando que la tuya no sería interesante. Todas y cada una de ellas tienen algo especial, todas tienen verdad y eso es lo que las hace especiales. No importa el lugar, importa la intensidad con la que se ha vivido; y el amor es intenso siempre.
No os voy a contar la historia de esta pareja, ya que es parte de ellos y son los únicos responsables de compartirla con quienes quieran. Pero os diré que parte de ella está plasmada en el reportaje de su boda… porque si algo tengo claro, es que no solo tiene que recordar para siempre ese día, sino todo lo que han sido, son y serán siempre.
